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La Iglesia de San Juan Bautista. S XII


Iglesia de San Juan Bautista. S XII.

Moarves de Ojeda.

El templo es una verdadera sorpresa por su magnitud y belleza escultural en un lugar tan pequeño.

El templo es de nave única y planta rectangular, acabado al este por cabecera plana que se redecoró al gusto gótico. Espadaña sobre el hastial de poniente e increíble fachada sur. En ella, enmarcada entre dos decorados ventanales abre su portada en un cuerpo adelantado compuesta por cinco arquivoltas a base de ajedrezado, baquetones sin y con bezantes y la más interior de hojas de acanto

Mediante ábaco corrido apean en seis parejas de capiteles que coronan dos columnas acodilladas y cuatro jambas rectas decoradas con baquetón en su ángulo.

En sus capiteles se tallaron cuidados motivos de lucha entre hombres y fieras, parejas, grupos de músicos arropando la contorsión de dos bailarinas, decoración vegetal, escenas de lucha con el león…

Pero esta bella portada, al igual que sus decorados ventanales laterales quedan totalmente eclipsados, y aun pasan desapercibidos por el friso escultórico que la corona, sobrepasándola por ambos laterales y apeando en dos ménsulas decoradas.

Un apostolario completo se dispone a ambos lados del majestuoso Pantocrator flanqueado por dos grupos de seis apóstoles bajo arcos pentalobulados y separados entre si por columnitas y capiteles realizados con todo detalle. Uniformidad en la realización que evidencia una sola mano en su factura. Cristo en majestad está esculpido en altorrelieve dentro de una mandorla que más parece hornacina por su profundidad y cuyo margen libre se decoró con el mismo primor que todo el conjunto. Cristo bendice con la diestra (a la que falta el pulgar) mientras que con la izquierda sujeta los Evangelios apoyados en su rodilla. No falta decoración en la tapa de los mismos en la que se labró hasta el cierre. Lo flanquean los cuatro Tetramorfos, realizados en gran tamaño.

Es inevitable la comparación con el friso de Santiado en Carrión de los Condes que muestra idéntica temática. Hay diferencias notables de estilo entra ambos. El Carrionés es más elegante, más clásico, probablemente anterior en el tiempo (no demasiado), mientras que este es más uniforme y detallista, aun cuando su autor no tenía la soltura y gracia de aquél. No hacen falta más argumentos que comparar los rasgos faciales de Cristo: el peinado, la nariz, los ojos; así como la naturalidad de la caída de los plieges de su túnica. Estamos hablando en ambos casos del último tercio del S XII.

El lado de la portada de nuestra izquierda muestra en sus capiteles una mayor iconografia. La central una escena de músicos a cuyo ritmo bailan contorsionando dos mujeres. Los músicos de los extremos de este grupo tocan una fídula y un arpa-salterio mientras que el situado entre el del arpa y las bailarinas sopla un “dolio”, infrecuente instrumento musical semejante a un barrilete que en algunas imágenes se toma por borracho bebiendo de tonel a quien realmente representa a un músico como en este caso.

El segundo capitel por la izquierda muestra a dos personas en lucha con un león. Uno a horcajadas lo desquijara (inevitable la alusión a Sansón) mientras que el otro introduce un brazo en sus fauces a la vez que clava su lanza en el pecho.

Al lado derecho, se alternan capiteles historiados con otros en los que la decoración vegetal es total o casi total. Destacan dos personajes con lanzas y escudos, de nuevo una escena de caza del león al que alancean dos personas y por fin, al extremos dos personas emparejadas completando simetría con capitel semejante del inicio del ciclo a la izquierda de la portada.

Bajo el friso, que sobresale de la longitud total del cuerpo adelantado de la portada, un par de ménsulas decoradas contribuyen a sustentarlo. La del lado este muestra la lucha de un caballero con cota de malla contra monstruo serpentiforme. Lucha eterna entre el bien y el mal. Al otro lado un personaje con orejas de asno nos mira.

Al interior, el templo es de planta rectangular acabado en cabecera plana que se redecoró al gusto gótico. Guarda el arco triunfal a base de semicolumna adosada y fajón doblado flanqueado por sendas columnillas de las que arrancan baquetones acompañantes del fajón. Los capiteles son de hechura muy sencilla y aspecto tardío.

Pero la pieza estrella al interior es sin duda la pila bautismal. Situada al lado norte de la cabecera, es de perfil troncocónico y en ella se repiten de forma más tosca los componentes del genial friso que hemos visto en la portada. Cristo y sus Apóstoles bajo arquillos lobulados decoran la superficie de la pila. La sección de su borde superior, también se decoró con motivos vegetales.

Sobre la pila bautismal, hay una bella talla de San Juan Bautista, patrono del templo, que porta un Agnus Dei; de aspecto absolutamente naif.

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